RESTAURANTE GASTRONÓMICO
Atrio es un referente en la gastronomía, y destaca por su cocina artística y creativa que utiliza las excelencias gastronómicas de los productos D.O.P. e I.G.P. extremeños. Ofrece menús degustación que incluyen platos basados en el cochino extremeño y otros de mar y campo. Además, su bodega, «la Capilla Sixtina del vino», es considerada una de las mejores del país, con una colección de más de 4.000 referencias.
Atrio es un restaurante con 3 Estrellas Michelín. Un templo de la gastronomía de productos. Es un viaje que dura ya más de treinta años en el que se trenzan pasado, presente y futuro latiendo en el casco histórico de la ciudad de Cáceres, entre piedras, silencio y cultura. Es un compromiso con la conservación y desarrollo del entorno sustentado en el placer de recibir a todos aquellos que les visitan.
Como parábola de la evolución gastronómica española en cuatro decenios nos pareció bastante reveladora la comparación: de un país muchos de cuyos grandes productos seguían siendo de consumo muy local -eso sí que era kilómetro cero- a una potencia culinaria con grandes restaurantes en ciudades pequeñas, en zonas poco turísticas… en todas partes, vamos. Y al que acuden, ansiosos, aficionados del mundo entero.
Toño Pérez y José Polo, los fundadores, desarrolladores, creadores y genios autodidactas de Atrio, son -el primero en cocina, el segundo en sala y bodega- dos celebridades que se lo han ganado a pulso. Empezaron en 1986 con un restaurante finamente decorado a la antigua y sirviendo los mejores productos extremeños -aquella torta…- en guisos clásicos, pero crecientemente refinados. Ya eran célebres cuando hace un decenio abrieron su hotel en un edificio minimalista y luminoso, y todo dio un salto al trasladar el restaurante: luz, blancura, espacio y unos menús de degustación con la fidelidad de siempre a Extremadura, pero compuestos de bocados finísimos, creativos, siempre delicados pese a la afición de los patrones de la casa a nombrar con engañosa sencillez los platos. Imaginen lo que, entre sus actuales snacks, encierra el nombre de patata con jamón y queso. Qué jamón, qué queso… ¡qué patata!
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