HOTELES CON ALMA Y CON LA MEJOR SITUACIÓN
Historia y herencia
Situado a pocos pasos de la Grand Place, el Hotel Amigo se alza sobre un lugar con siglos de historia. En el siglo XVI, aquí se levantaba la prisión de la ciudad y de ese pasado quedó el nombre que, con el tiempo, se transformó en símbolo de hospitalidad.
Cuando la familia Forte lo incorporó a su colección, el edificio fue completamente restaurado, conservando su esencia clásica, pero vistiéndola de modernidad. En sus muros se combinan la sobriedad flamenca con la calidez italiana, logrando un equilibrio que solo la experiencia puede ofrecer.
Arquitectura y carácter
El Amigo es un hotel que encarna la elegancia discreta: su fachada de piedra se integra con la arquitectura histórica de Bruselas, mientras en su interior se respira una serenidad contemporánea. Maderas nobles, tejidos suaves, arte belga moderno y un juego de luces que invita a la calma.
Las habitaciones tienen el encanto de una casa privada; cada objeto parece elegido con intención. Las esculturas locales, los grabados antiguos y los tonos cálidos hablan del alma de la ciudad: intelectual, refinada y con un punto melancólico.
La experiencia actual
La hospitalidad aquí tiene rostro y memoria. El personal conoce a los huéspedes por su nombre y cuida los detalles con naturalidad, no con protocolo. El restaurante BoCConi ofrece una cocina que une lo mejor de Italia y Bélgica: tradición, producto y elegancia.
Más que un alojamiento, el Amigo es un refugio cultural, un lugar donde el viajero se siente parte de Bruselas. Entre el rumor de la lluvia y el eco de los adoquines, este hotel encarna el arte de la discreción.
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